La idea que se nos transmite de la maternidad (o de la paternidad) en anuncios, series de televisión y películas corresponde con una imagen de serenidad, de íntima alegría, de madurez personal. Y no es que la paternidad (o la maternidad) no estén cargadas de sensaciones placenteras, pero éstas también tienen su reverso oscuro: un montón de problemas que los niños traen bajo el brazo y para los que no disponemos de un manual de instrucciones. ¿Cómo conseguir que nos hagan caso? ¿Cómo compaginar la paternidad con la compra, la colada, ya no digamos con el gimnasio?
(prólogo del libro)

Liberado con motivo de la Feria del Libro 2012 Ponferrada (León)