Bien, muy bien, de hecho. El libro engancha desde el principio y es de lectura ágil y muy ameno. El estilo epistolar hace que me entren ganas de escribir laaaargas cartas a mis amigos...

La historia en sí me ha encantado; destila amor a la literatura, rebeldía contenida, savoir vivre... Aunque los personajes están tan despistados en relación a sus sentimientos profundos y son un retrato de mi entorno, que casi puedo ponerles cara (una que, ni mucho menos, coincide con su descripción literaria). Mas de una reacción me ha resultado conocida. Muy interesante, también, la historia de la ocupación nazi de las islas del canal y muy conmovedoras las historias de amor y odio que surgen alrededor de ese hecho.

Ha sido, sobre todo, una lectura bonita. Aunque el final es un poco ñoño (para mi gusto), el resto del libro lo salva, sin duda.

"Cómo dice Séneca:"Los pequeños dolores son locuaces, los grandes callan estupefactos""

De su reseña de casadellibro.com:

"Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton encuentra la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet. A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en el mundo de este hombre y sus amigos, que resulta ser un mundo maravillosamente excéntrico.

Esta novela ostenta una galería de personajes profundamente peculiares, todos amantes de la literatura, que intentan sobrellevar la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, alrededor de un pastel de patata."

Como ha pasado alguna otra vez, casi que me encuentro con este libro sin buscarlo. Es uno de esos libros que andan por BC, de los que se habla bien pero que, por alguna razón, había dejado pasar.
Y en pleno meet pedí a Loclien que me lo pasara al final. Pero me lo pasó al principio, así que para él irá cuando lo lea.

Me ha gustado bastante. Tal vez los libros que hablan de libros y bibliófilos, como 84 Charing Cross Road, ya no despierten la sensación de la primera vez. Aun así, gusta ver cómo alrededor de los libros se pueden tejer una serie de lazos, de relaciones. Aunque en este caso haya una historia que va más allá, mayor que en aquel otro.
Pienso de nuevo en la relación postal, en cómo puede ser íntima o desenfadada, entre conocidos o desconocidos. Y hago la vista gorda sobre los envíos y respuestas repetidos en un mismo día (aun contando con los "billetes" de entrega en mano que pudieran estilarse en la época); los acepto como recurso literario.
De paso, he terminado por comprarme Cumbres borrascosas, que está ya en la lista de lectura.

Me lo recomiendan como "libro de viaje", sin muchas penas, fácil de leer. He vuelto de viaje sin empezarlo, pero lo empezaré.

Liberación Masiva Madrileña

Cazado en Madrid, por recomendación de Blabla. A ver qué tal está