Un sobrecogedor viaje interestelar en busca de la evidencia de que el ser humano no está solo en el cosmos. Una expedición a los confines del universo y a los del alma, en la que pasado, presente y futuro se amalgaman en un continuo enigmático. ¿Qué esencia última nos rige? ¿Qué lugar ocupa el hombre en el complejo entramado del infinito? ¿Qué es el tiempo, la vida, la muerte..?

Sigue siendo una buena novela, aunque ya ha quedado un poco desfasada, pero si te olvidas de ciertas cosas sigue siendo entretenida y agradable de leer. Clarke pecó de optimista al pensar que en el 2001 íbamos a tener colonias en la Luna y a enviar hombres a los planetas exteriores; o quizás la culpa no es del escritor, sino de esta humanidad que creo que se ha estancado en la carrera espacial por culpa de quien sabe que oscuros intereses...en fin es una lastima para la especie humana todo este retraso.