Nada desea tanto Feral como dejar su huella en todos los caminos que recorren el mundo. Por fin, cuando cumple los 14 años la ocasión se presenta, pero revestida de una misión especial: convencer a las cigüeñas de que vuelvan a anidar en Villalcamino, su pueblo, que dejaron años atrás por una mala travesura. En la travesía, Ferál deberá ir ganándose poco a poco la confianza de las aves demostrándoles que es una buena persona que merece la oportunidad de hablar con ellas.

en el lugar que le corresponde ...
¡Feliz viaje!