El barón rampante
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Nadie podía imaginarse que Cósimo Piovasco, hijo del Barón de Rondò, iba en serio cuando, tras negarse a comer un plato de caracoles, se encaramó a un árbol y anunció solemne: "No bajaré nunca". Consecuente hasta el final, el barón se pasará toda la vida entre las ramas, sin que ello le impida participar de la vida que lo rodea.
El barón rampante es una fábula sobre la fidelidad a los propios principios, a una identidad autoimpuesta y asumida hasta las últims consecuncias.
El barón rampante es una fábula sobre la fidelidad a los propios principios, a una identidad autoimpuesta y asumida hasta las últims consecuncias.