Cubierta: "Inglaterra, 1573. Los días de la pequeña Ellyn transcurren trabajando de sol a sol en la humilde granja de su familia, paleando las heces de los animales y recibiendo los menosprecios y los golpes de su hermano Tomas. Desde que su padre quedara inválido en un accidente, y más ahora que una nueva hermanita, Agnes, ha llegado a ese mundo de miseria y privaciones, todos han de deslomarse aún más para asegurar el sustento. En esa atmósfera de brutalidad, fatiga e inmundicia, la única alegría de Ellyn es Agnes, a quien la une un vínculo muy especial.

"Todo dará un vuelco inesperado el día en que Ellyn acude al mercado y, empujada por la curiosidad, entra en una iglesia vacía en la que oye un canto como jamás había oído antes, un canto que la estremece, que la hace flotar".

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La escuela de canto me ha recordado mucho a Del color de la leche tanto por temática como por estilo. De hecho, antes de escribir estas líneas me pasé por lo que escribí en su momento sobre el otro libro de Leyshon y, efectivamente, mi memoria no me jugó una mala pasada.

Por una parte tenemos una narradora en primera persona, una niña que comienza a narrar siendo analfabeta, así que su escritura es torpe, sencilla, con faltas, sin puntuación. Por este motivo y porque la traducción refleja de alguna manera que nuestro idioma no era el mismo en aquella época, la lectura se hace un poco difícil y muy monótona, casi aburrida a pesar de estar contando una historia apasionante. Al menos apasionante para mí. Y a partir de su viaje, la escritura de Ellyn mejora porque sus conocimientos han aumentando. Se reducen las faltas, utiliza un vocabulario más especializado, el estilo es más fluido.

Otros elementos en común con Del color de la leche son una protagonista femenina salida de una granja, de un pequeño mundo, ignorante por complento del mundo exterior, pero con la sabiduría que da el trabajar desde que te tienes en pie; una protagonista que sufre discriminación, en este caso por el hecho de ser niña; una niña que aprende a escribir; una niña que es víctima de abusos (físicos y un intento de abusos sexuales). La historia de Ellyn está llena de miseria, dureza, pero también tiene encanto e inocencia.

Por todos estos elementos en común con el otro título de Leyshon, en un principio sentí que todo era repetido a pesar de ser diferente. En cualquier caso me parece una historia estupenda y bien contada, de las que me gustan, el pequeño contra el grande. Y, aunque el final no es feliz, al menos queda un resquicio para la esperanza, aunque la lógica diga que esa niña no puede aspirar a un futuro diferente.

Lo llevo conmigo esta tarde a ver si encuentros voluntarios para un bookring.

Libero porque soy becera. ¡Buen viaje!º

Desde que leí "Del color de la leche", que me gustó mucho, había querido leer algo más de Nell Leyshon. Hoy Cocodras me ha dado la oportunidad, ¡gracias!

"La escuela de canto" está narrada en primera persona por una niña pobre y analfabeta que vive en una granja con su familia. Todo lo que Ellyn ha conocido en su vida es el trabajo duro y la miseria, aunque ahora tiene puesto todo su amor y alegría en Agnes, su hermana recién nacida, a la que se dirige el texto. Un día la protagonista escucha en la iglesia una música especial, un canto único que le produce tal sensación que la impulsará a querer entrar en la escuela de canto, a pesar de que solo aceptan a niños.
Está escrita en el mismo estilo peculiar que la autora ya utilizó en "Del color de la leche" (muy buena novela, con la que tiene ciertas similitudes), en minúsculas, sin puntuación, con faltas y vulgarismos, tal como hablaría una niña analfabeta en el siglo XVI. El cambio que se produce en el lenguaje a lo largo del libro refleja la transformación que sufre la misma protagonista en cuanto a su educación y al descubrimiento del mundo exterior.
Con frases cortas, un estilo sencillo y fluido, y algunos fragmentos magníficos, es este un relato crudo pero apasionante, con mucha fuerza. La llamada que Ellyn siente, que al final se convierte en pasión por ser ella misma, es un canto en favor de las mujeres, una denuncia de la discriminación y violencia sufrida a lo largo de los siglos. Me ha encantando y la recomiendo.

Vuelve con Cocodras. ¡Feliz viaje!

En mis manos y esperando próximo destino.

Se lo pasé a un amigo y luego a otro. No sé qué viajes le depararán o si está cómodamente en un sofá.
Libero porque soy becera. ¡Buen viaje!

De vuelta en casa.
H. se quedó igual tras leerlo. A G. le encantó.