De la contraportada:
Siiri, Irma y Anna-Liisa son tres ancianas viudas residentes en El Bosque del Crepúsculo, un centro privado de apartamentos para la tercera edad de Helsinki. Más que un nidito acogedor para las personas mayores, la residencia resulta un lugar siniestro en el que los ancianos se ven privados de su identidad, rodeados todos los días por enfermeros vagos e inexpertos, y obligados a hacer gimnasia, a asistir a conferencias y a tomar un gran cantidad de medicamentos prescritos por médicos a los que apenas han visto.

Parece que para las tres amigas los días ya solo traerán partidas de cartas, viajes en tranvía y asistencia a funerales. Pero en la residencia se empiezan a producir unos misteriosos crímenes... y quizá nadie había contado con la curiosidad y el tiempo libre de unas inocentes ancianitas.

Una curiosa historia sin duda, que me ha dejado un poco trastocada. Es como una tarta que pruebas a hacer porque todos los ingredientes te gustan y su combinación pinta estupenda, y luego resulta que no consiguen cuajar. No está mala, pero no sabes si faltaba más tiempo en el horno, más temperatura o qué. La novela parece que vaya a centrarse en la muerte de un cocinero de una residencia para la tercera edad, pero luego se pierde -o se encuentra- en la denuncia de las condiciones de vida de los ancianos en esta residencia, donde sufren abusos económicos y son objeto de fraudes, malos tratos, violaciones, vejaciones varias, abandono médico y otras aberraciones. Luego entra a tratar el abandono familiar del que son objeto en ocasiones por parte de sus hijos y nietos hasta niveles que te dejan por los suelos. Y la única ayuda que encuentran es la de un personaje que mejor no explico y que cada uno saque sus propias conclusiones. Y ojo, que me ha gustado leerla pero con la sensación de que algo falla en el conjunto. Quizá no he conseguido conectar con ese tono de humor o cierta jocosidad que siempre subyace entre unos hechos terriblemente angustiosos.

Se va de viaje. ¡Feliz lectura!

Lo tengo conmigo! Hoy mismo me lo trajo el cartero.
Muchas gracias por compartirlo conmigo, doli. Vamos a ver cuándo le damos la oportunidad de la lectura

Pues estoy completamente de acuerdo con el comentario de doli: todo apunta a que la historia tiene los pilares justos para armar algo chulo, pero luego se escapa como arena entre las manos.
Me ha costado un poco centrarme por el tema de los nombres.Me distrae mucho no ser capaz de "fijar" quien es Siri, Olavi y a qué edificio van o en que ciudad viven. Si lo encuentro traducido como el nombre de la residencia (Bosque del crepúsculo), pues ya es otra cosa...vaya, manía personal...

En fin, que la novela es divertida, pero te queda la sensación de que no alcanza las expectativas.

Ya tiene destino asignado porque ha formado parte de #beceraplayera con liberación becera ;-)

Sigue camino con Lourixe, que anda recorriendo los caminos de la literatura nórdica. Espero que lo disfrute y le saque más sonrisas que a mi...