Excelente libro policiaco, que te mantien alerta ante el del hallazgo de un hueso de una costilla humana en una urbanización de Reykiavik, conocida como Barrio del Milenario y quien lo descubre de manera inocente es un niño.

Erlendur y su equipo esperan que sea un caso típico de desaparición; quizá alguien una vez se perdió en la nieve y ha permanecido enterrado durante décadas. Pero las cosas nunca son tan sencillas. Mientras Erlendur atraviesa problemas familiares, su caso desentierra muchos otros relatos de dolor familiar, tanto en su propia vida como otra historia que surge paralela y tiempo atrás.

El tema de fondo de la historia anterior es la violencia doméstica, ante el que Indridason imparte toda una lección: son “asesinatos de almas.

Sigurdur Óli y Elínborg tendrán que esperar a que los arqueólogos caven y analicen a quién o quiénes corresponden los huesos, que llevan ahí, aparentemente, al menos entre cincuenta y setenta años. Pero Erlendur no tiene paciencia: la investigación tratará, entre tanto, de recomponer qué era aquel lugar entonces, en plena Segunda Guerra Mundial.

Obtuvo el premio The Gold Dagger Award en 2005, uno de los más importantes premios de novela negra del mundo anglosajón

Gracias, Neferisa. Tiene una pinta genial, pero no sé cuándo le tocará.

Madre mía. Cinco años justos aparcado en la estantería. Tenía muchas ganas de leerlo porque el otro libro que leí del autor, La voz, me resultó entretenido y adictivo. Aún así no he sido capaz de buscarle huevo hasta ahora.

Ha resultado ser tan adictivo como La voz. Lo cierto es que esa adicción es casi lo único que recuerdo de él después de tanto tiempo. También recordaba los problemas de Erlendur con su hija, que siguen en La mujer de verde, de hecho, la historia de Eva Lind va en paralelo con los casos que investiga el padre.

Algo que me ha encantado es cómo da la información. Primero, no se para en darnos los nombres de todos los aparatos médicos que rodean a Eva:

"Eva Lind estaba acostada en una cama grande, conectada a toda clase de aparatos e instrumentos de los que Erlendur no conocía ni el nombre ni la función (...)" (pag. 64).

Segundo, la información que da en el presente sobre el pasado está introducida de manera natural, amena, siempre viene a cuento. Y así es cómo se hacen las cosas para no ser un escritor peñazo. También me ha gustado saber cosas del pasado de Erlendur que explican un poco cómo es.

Lo que no me ha gustado es la gran cantidad de arpías: Bergthóra, la novia de Sigurdur Óli, que queda como una atrapahombres desesperada por casarse; Eva Lind, que es un desastre absoluto y trata a su padre como una mierda; la ex-mujer de Erlendur es como la madrastra de Blancanieves; Bara, la estirada hermana de Solveig; la enfermera de la residencia de ancianos; incluso Elínborg, aunque sea todo lo contrario a una arpía, pero sus creencias en supersticiones y la conversación con el anciano de la residencia, hacen que no quede como una buena profesional a pesar de hacer un gran trabajo en el caso. Con esto no quiero decir que no pueda haber mujeres malas, tampoco me gustaría si los que fueran malos malísimos fueran los hombres. Lo que no me gusta es que sean malas porque sí. Bergthóra es la que mejora un poco al final, cuando al fin tiene una conversación con Sigurdur Óli, que tampoco es que sea un personaje muy simpático. Sin embargo, no me parece un libro machista. El tratamiento de la violencia de género es duro, pero está del lado de las víctimas gracias a las actidues de Dave y, sobre todo de Erlendur con la niña maltratada, por ejemplo.

En resumen: muy entretenido y con temas de debate.

Estoy buscandole nuevo destino.

Se lo pasé a una amiga a la que creo que puede gustarle.

Libero porque soy becera. ¡Buen viaje!