Nueve historias sobre robots contadas por la robopsicóloga Susan Calvin y que giran en torno a las leyes de la robótica, sobre todo de la primera. Interesantes, pero llega un momento que satura, tanto intentar que los robots claudiquen ante la primera ley (eso de no matar personas). Me gusta en la que el pobre bicho miente como un bellaco para no herir los sentimientos de nadie. Espero que os guste.

Se viene al meet a ver si encuentra dueño.

No leido todavía.

Se va sin leer porque tengo un ejemplar propio a mano.
Espero que en su próximo hogar lo disfruten.

Caray, qué ironía. Después de venderle a Cocodras Crónicas marcianas me pongo a venderle éste. Y al final me lo acabo quedando yo, con la esperanza de colocárselo en algún meet dentro de un tiempo :)

Leído, en menos tiempo de lo que pensaba. Me ha gustado; sin quitarle razón a isgoma, al final las historias no son muchas, de modo que aunque siempre le den vueltas a lo mismo cada historia tiene algo que la hace distinta a las otras.
De siempre pensé que lo de las tres leyes estaba bien ingeniado, que era un sistema bastante sólido y a prueba de fallos. Pero a la vista está que, como siempre que uno entra en los detalles, las cosas no son tan sencillas como parecían.
A mí me resulta curioso el capítulo donde el robot se erige en líder religioso.
Teniendo la edad que tiene no resulta especialmente anacrónico; el futuro del que habla sigue siendo eso, futuro, y aunque hay cada vez más voces que alertan del peligro del avance de la AI, nada hay que haga esencialmente inviable lo propuesto en el libro.
Eso sí, por más que la traducción sea en general buena, lo de quitarle las pulgas a los robots...
Ah, que mañana viaja. Cocodras, ¡a ti va! :D

Ya lo tengo. Por echarle el ojo inocentemente en la liberación de Navidad. Le tengo muchas ganas, pero también muchos pendientes.

Rescato este libro del olvido de mi pila de pendientes siguiendo la propuesta de Alies en el foro para estos días de confinamiento.

Pues sigue en la pila de pendientes, lamento decirlo. Y eso que vi la peli hace poco. Con el estado de alarma he perdido la noción del tiempo, pero con poco me refiero al principio del confinamiento o un poquito antes, febrero. Y siempre que veo la película, tengo ganas de leer el libro. Esta vez estaba enfrascada en otro libro, sin recordar que este es una colección de relatos que puedo llevar conmigo para descansar de otros sin perder el hilo.

#YoMeQuedoEnCasa