Congreso en Estocolmo
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Comprado en Santiago, por tener qué leer, y aceptando su recomendación como lectura ligera.
Me apetecía releer este libro, más de 15 años después de cuando lo leí por primera vez. Entonces me gustó mucho, lo tenía por lectura ligera, con alguna reflexión, interesante incluso. Hace menos tiempo (2 años) que leí Escribir es vivir, reflexión autobiográfica del autor. Y en ella calificaba a este título de obra menor, tal vez por su juventud al escribirla.
El caso es que, leída ahora, estoy más de acuerdo con Sampedro. Tal vez, igual que él evolucionó entre un libro y otro, me ha pasado a mí. Y lo que entonces me resultaba atractivo me parece ahora más trivial, y al llamar menos mi atención veo más los entresijos, lo que a veces parece menos natural y más recurso de escritor.
De todos modos, sigue siendo ameno, y sigue teniendo una historia.
El caso es que, leída ahora, estoy más de acuerdo con Sampedro. Tal vez, igual que él evolucionó entre un libro y otro, me ha pasado a mí. Y lo que entonces me resultaba atractivo me parece ahora más trivial, y al llamar menos mi atención veo más los entresijos, lo que a veces parece menos natural y más recurso de escritor.
De todos modos, sigue siendo ameno, y sigue teniendo una historia.
Lo leí recientemente. No está mal, pero tampoco lo encuentro maravilloso.