Me ha resultado un poco emborollado. De todas formas, el fiscal, como de costumbre, parece idiota, y cae en todas las trampas que le tiende Perry Mason. La tensión sexual no resuelta entre éste y Della Street es cada vez más evidente. Por otra parte, el caso me resultó un poco lioso. Desde luego, lo que hace Mason es éticamente muy cuestionable.

La señora Sybil Harlan visita a Mason porque quiere recuperar a su marido, que está liado con una mujer "liante" a la que conoció aconsejándole que invirtiese en una cooperativa inmobiliaria. Harlan quiere que cause dificultades económicas a la "parejita", liándolos a través de las acciones que Mason va a comprar.

Mañana.

Pilaldo en el meetup de septiembre (Ourense 2011).

Este caso se me ha hecho más interesante que otros del Perry Mason, quizá porque el final ha surgido de una forma más inesperada...