"Camilo José Cela, en su prólogo a El triángulo de las verduras dice, entre otras cosas, que hay páginas que no pueden ser sino españolas, con todos sus defectos y el brillo de todas sus virtudes, quizá porque tampoco hubieran de saberse gustar por paladares extraños a nuestra tierra y a nuestra sesera, ese cestillo de mimbre que se columpia entre el extásis místico, la blasfemia barroca y otras suertes de orgasmo. Grabriel Plaza Molina disfruta tanto con la palabra como con el trance y nos cuenta sus chistes a la pata la llana, con el mismo flexible lenguaje que se usa en la tertulia de amigos y sin meterse jamás en berenjenales ni andarse nunca con rodeos. Hay un idioma relajado y un idioma crispado, aunque en ambas ocasiones se utilice la misma lengua, y Plaza Molina ha tenido la naturalidad (y la habilidad y el decoro) de mostrarnos el lado tierno y familiar de su discurso, aquel que nos siembra de paz el alma y de sosiego la carne, que sonríe con buen concierto.

Ejemplar resultante de una purga en casa de un donante.

El día 24 de octubre, a las doce de la mañana, hemos quedado en la Plaza de América para liberar unos cuantos libros, a menos que llueva. ¡Suerte con la caza!

Encontre El triangulo de las verduras, en el parque Maria luisa en Sevilla, casualmente ese dia tenia el proposito de buscar algunos libros en espanol para traerlos conmigo a Holanda. Por un momento dude, pero mi atraccion por los libros y las circunstancias en que lo encontre me hizo reparar en el, y aqui esta frente a mi, y puedo deciros que estoy disfrutando de cada una de sus paginas. Me gusta el humor espanol, el juego de palabras, que de su mezcla con picardia e ingeniosas sugerencias arrancan facilmente la risa del lector..
Cuando termine de leerlo, lo pondre en liberdad, para que otros tengas la oportunidad de reir con el...