Vacío perfecto es un espectacular experimento literario que se ha convertido por méritos propios en un referente mítico entre los lectores de Stanislaw Lem. Heredero de un género que exploraron con singular genio autores como Borges, Swift o Rabelais, se trata de una delirante colección de reseñas de libros inexistentes, que subvierten brillantemente los cánones literarios explorando temas de lo más variopinto, desde la pornografía a la inteligencia artificial, desde el Noveau Roman a las novelas de James Joyce. En palabras de Andrés Ibáñez: «Este exiguo volumen, que se lee en tres tardes, equivale, en información y en tiempo mental, a tres meses de apasionante y dedicada lectura».

Vacío perfecto es una obra continuadora de una tradición literaria tan fascinante como antigua: la crítica de libros inexistentes, imaginados o soñados, veta narrativa que podemos encontrar en autores tan dispares y alejados en el tiempo como el cáustico Rabelais o el laberíntico Borges. Poniendo en juego su portentosa erudición, Stanislaw Lem expresa en estos textos un curioso conjunto de pensamientos demasiado atrevidos como para ser desarrollados en forma de tesis; no son los presupuestos ni los caminos a veces trillados de la ciencia sino las audaces sendas de la licencia poética las rutas elegidas por el autor para transmitirnos, mediante la burla y la parodia, este discurso imaginario que visita todas las servidumbres y lugares comunes del género.