"La caída de una teja sobre el nuevo gobernador romano desencadena una serie de infortunios a Ben-Hur, príncipe judío: le acusan injustamente de intento de asesinato, le condenan a galeras de por vida, arruinan y encarcelan a su familia y Messala -su amigo de la infancia y ahora al mando de una legión- es el que viene a detenerle. Aunque promete vengarse, el encuentro con Jesús de Nazaret cambia su vida. William Wyler dirigió una de las más espectaculares versiones para el cine, en la que Charlton Heston y Stephen Boyd bordan sus interpretaciones."

Mi padre adora esta película y por tanto ya la hemos visto unas cuantas veces: aunque ya hace bastante tiempo de la última vez, tengo tan buen recuerdo de ella que cuando encontré este libro entre los saldos de un euro de El Corte Inglés (tristemente desaparecidos) no pude resistir la tentación. Una película tan espectacular sólo podía estar basada en una obra impresionante.

Y una mierda.

En la película, Jesús de Nazaret es una circunstancia en la vida de Ben-Hur y, que yo recuerde, no se hacía proselitismo de una forma tan descarada como en la novela. Dado que Jesús de Nazaret nace en el seno de la comunidad judía, cuando no se está ponderando la nobleza del pueblo elegido y cómo sus costumbres, leyes y estirpes dejan a la altura del betún a toda la civilización romana, se está exaltando la belleza física del Nazareno y la dulzura que exuda por todos sus caritativos, pacíficos y serenos poros. Tampoco recuerdo haber visto en la película un deseo de venganza tan fiero como el que experimenta Ben-Hur en la novela, tanto que en lugar de guardar rencor sólo por Messala se la jura a toda Roma.

Esto último es un poco incongruente: Ben-Hur es un dechazo de virtudes, típico héroe hermosísimo, varonil, honesto, sincero, leal, etc, pero aunque se supone que es perfecto es lo bastante bajo y rastrero para aprovechar las ventajas que la propia Roma le concede y volverse contra ella, para sobornar asesinos, para provocar la caída de Messala (sí, en la película es Messala el malvado que tiene los pinchos en el eje del carro, pero en la novela no es así ni mucho menos). Si a esto añadimos que la mujer que no es la idónea para el héroe se presenta frívola desde el primer momento (no hay más que leer la escena en que asiste al circo a ver a Messala); que la que sí lo es resulta tan dulce que se ruboriza ante la mera mención de su amado y no hace más que cubrirse con el velo en público porque es toda una mujer judía recatada y pudorosa que se enamoró del protagonista con sólo verlo; que todos se tratan con una verbosidad que más que cortés resulta empalagosa; y que toda la revuelta que pudiera urdir Ben-Hur contra Roma se resuelve con la conversión al cristianismo, pues el libro se convierte en un truño de cuidado.

Para más inri, el autor busca la complicidad del lector, con lo cual se carga toda la ambientación. Por mucha atención que preste al gentío que pueda pulular por el mercado, si el autor me dice "Hoy en día el lector no lo vería, pero si se fija atentamente..." ya está poniendo distancia tanto en el tiempo como en la simpatía, porque me está excluyendo de la historia y está dejando muy claro que eso es algo que pasó en una época ajena. No sé si me explico, pero eso de que el autor deje al lector como mero testigo nunca me ha gustado.

En fin, que si he tardado un mes en leer esta novela no es precisamente porque me haya querido deleitar con ella, sino porque ha sido un martirio constante. ¡A la calle con ella!

WILD RELEASE NOTES:

El día 25 almuerzo en familia en Sanlúcar la Mayor y dejaré este libro en la calle Jazmín de la barriada Los Azahares, que es lo que me pilla más a mano para hacer honor a la liberación navideña organizada en el foro español de BookCrossing :)