Óxido

by Lara López | Literature & Fiction |
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Registered by Vanlat of Umkirch, Baden-Württemberg Germany on 9/2/2008
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Journal Entry 1 by Vanlat from Umkirch, Baden-Württemberg Germany on Tuesday, September 2, 2008
La editorial dice: Óxido, el excelente debut literario de Lara López, cuenta el final de una historia de amor.
Las fotografías se amontonan sobre la mesa. Una mujer quiere saber por qué las cosas no han salido bien y para ello ordena sus fotografías, soldando momentos íntimos aparentemente intrascendentes.
Mientras se reposta en una gasolinera, una breve conversación sobre el amor, de repente caducado, puede hacer que todo un año se oxide.
Lugares tan distantes como Daimuz, San Francisco o Barcelona aparecen en las fotografías de Óxido, un puzzle donde las piezas, láminas de aromas que estallan en la boca, acaban encajando, soldadas unas a otras, y brillan como el metal.
Antón Castro dijo:Hablo de “Óxido” de Lara López, que es como un diario esculpido en levedad, en exactitud, en sugerencia, en ráfagas de lo cotidiano. El libro, fronterizo y armado como un poemario en prosa, a veces con fragmentos de una sola frase o de una sola línea (del tipo: “En la tele he visto a F. Le han dado un premio.), parece contar la historia de un abandono.

Alguien, cuando ni se lo había imaginado, ha sido abandonado, e intenta entender por qué, intenta resistir y contarse la vida de nuevo, soportar la ausencia con un arrebato de dignidad, con un impulso de serenidad en medio del escozor antiguo de la pérdida. Pero una y otra vez, aquí o allá (en San Francisco, México, Barcelona, en una habitación de hotel, una mañana, al levantarse y encender la tele), siempre reaparecen los gestos, el olor, la presencia invisible o los recuerdos de lo que se ha vivido con quien que acaba de irse. Y eso, sustancialmente, es lo que cuenta Lara López, por la vía de la contención, con los vocablos justos, con un modo de narrar que más que explicar o explayar, sugiere, dibuja y desdibuja una atmósfera, los sentimientos, el dolor. Concentra las emociones y la suspende en un punto sobre nuestra cabeza. Y así, con los chicotazos impresionistas que nacen de la observación de la realidad (y aquí realidad también son las libélulas, un retrato de la abuela, las fotografías sobre la mesa, una colección de tarros antiguos...), construye su novelita, su poemario, recompone el aire dolorido del existir cuando te deja aquel que tanto querías. Además, Lara López (que presentó, si no recuerdo mal, “La mandrágora”, durante un tiempo, que conduce un programa de música en RNE, que es DJ y que sonríe de oreja a oreja en la foto de Cristina Grande como una oropéndola), tiene ingenio, ironía, sentido del juego y un modo oblicuo, y apabullante en su sencillez, de acercarse a las cosas como si quisiera quitarles hierro, espanto, desespero. O como si quisiera atraparlas en su paradoja: “Según tú, no me gustaban las cosas nuevas. Según tú, estabas cansado. Según tú, hacía tiempo que no querías decírmelo. Creo que no fue en ese orden, pero eso fue lo que dijiste. Llevabas puesta una chaqueta nueva”.

Transcribo algunos ejemplos: “Imagina que te dice que ya no está seguro de quererte. Imagina que te lo dice sin mirarte a los ojos. Que lo único que recuerdas es una camisa azul con una mancha a la altura del pecho. Y que no mira a los ojos. No puedes reprocharte no haberle dicho que su camisa estaba manchada”. Ya se ve que es un fragmento importante. O éste: “Manual de cicatrización de heridas crónicas’. Si estoy en silencio se oye un zumbido permanente. Al principio, pensé que era el frigorífico”. Parece una perfecta elipsis para no decir lo que se está leyendo, para leer lo que no se ha escrito. Chejov decía –o decía Piglia que practicaba Anton Chejov- que los buenos cuentos son aquellos que tienen por abajo, casi invisible, una segunda historia que es la que nos entra al cerebro y nos conmueve.

Este libro, “Óxido”, que tiene algo de cofre o de almario de menudencias de una convivencia agredida, lo ha publicado Xordica, la casa de Chusé Raúl Usón, que acaba de cumplir diez años. Puedo elogiarlo con franqueza. Felicidades para Xordica & Usón en su primer decenario. Felicidades para Lara López por “Óxido”, pura sutileza que no es evanescente.


Y yo sólo añado que me encantó :D

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