Nunca nadie ha conseguido infiltrarse en la organización de Al-Qaeda pero es la única forma de evitar otro gran atentado terrorista. Desde los atentados terroristas contra las Torres Gemelas y el metro de Londres, los servicios secretos de ambas naciones dedican enormes recursos a controlar los mensajes en árabe en la red con el fin de detectar cualquier sugerencia de nuevos ataques.

Después de consultar con todos los expertos, se ha llegado a la conclusión de que algo muy grande se está tramando pero les es imposible conseguir más datos, ni dónde, ni cómo, ni cuándo. La única manera de conseguir más información sería infiltrar un hombre suyo en la misma organización de Al- Qaeda, algo que nunca se ha logrado.

Mike Martín, ex veterano de guerra de 44 años, se ha jubilado de los cuerpos especiales de élites del ejército británico. Ahora se dedica a la restauración de una casa que ha comprado en el campo. En esta situación de gran urgencia los servicios secretos se fijan en él por esta faceta: Mike Martín puede pasar por un árabe. Se educó en Iraq donde su padre, empleado de una empresa petrolera, le mandó a un colegio iraquí, y Martín, moreno y con facciones faciales heredadas de una abuela india, no se diferencia en nada de sus futuros compañeros.

El plan es enormemente arriesgado pero es la única posibilidad de evitar otra tragedia a manos de Al-Qaeda. La nueva identidad de Mike Martín ha de ser perfectamente construida y se decide que asumirá la identidad de Izmat Khan, un afgano que actualmente lleva 5 años encarcelado en Guantánamo. Izmat Khan es el único superviviente de su familia, de su pueblo destruido y de sus compañeros guerrilleros. Durante meses Martín recibe instrucción en la cultura e idioma afgano. El mínimo fallo delataría su verdadera identidad. Cuando los americanos anuncian que Izmat Khan será deportado a su país, quien llega en su lugar es Mike Martín. El plan sigue adelante. Después de varias semanas de interrogación a manos de Al-Qaeda, el inglés es aceptado y asignado a la misteriosa operación terrorista, una operación suicida. Martín consigue mandarles algunas pistas a sus jefes quienes finalmente descubren la intención de la operación. Esta vez Al-Qaeda utilizará un gran barco lleno de material altamente explosiva para destruir una ciudad costera.... Quizás podrán parar la operación pero ¿habrá manera de salvar al “afgano”?

Entretenido, bien armado, como todos los libros de Ken Follett, pero... tal vez un poco con un estilo tipo "reportaje". Y el final, muy rápido...

En el mueble de los libros...

Suerte!