Libro que me ha regalado mi AI 2007-2008, junto con este otro: El padre de Blancanieves de Belén Gopegui

¡Muchísimas Gracias AI!, aún estoy con la boca abierta y la sonrisa en la cara :-)

El paquetito misterioso me lo ha hecho llegar a través de RaquelC, a la que también agradezco los servicios prestados ;-D


No sé quien es mi AI, pero estoy segura de que es una persona elegante y que me aprecia a juzgar por cómo está hecha la caja y su contenido.
Yo diría que es una mujer, pero puedo confundirme, claro... y puede ser de Madrid...mmmm...o Galicia...mmmm o Barcelona...

Una caja muy bonita y muy bien arreglada...
repleta de monedas de chocolate y entre varias capas de hojas de árbol (¡preciosas!)mi AI había colocado los libros y otros detallazos que me han sorprendido y encantado: un sello (y la tinta)con mi alias y un dibujo felino muy propio, una cajita con incienso, unas golosinas con forma de ratitas que van dentro de una figurita monísima que es un gato, una postal de 'feliz no cumpleaños' muy felina y un detallito especialmente dedicado a Moix y Nano... atún claro marca 'Miau' ;-D

Dentro de la caja me he encontrado esta nota...



A la que se cargue la batería de la máquina de fotos echo la foto a todo y la coloco.


¡MUCHISIMAS GRACIAS AI!

Sobre el libro pongo el resumen que he encontrado en La Casa del Libro:

La reciente publicación en Francia de esta nueva obra inédita de Irène Némirovsky ha vuelto a situar la obra y la azarosa biografía de esta gran autora en el primer plano de la actualidad. Descubierto en el IMEC (Institut Mémoires de l’Édition Contemporaine) por los actuales biógrafos de Némirovsky, el manuscrito había permanecido perdido y olvidado entre los papeles de su editor de la época. Novela intimista y conmovedora, El ardor de la sangre constituye todo un hallazgo que confirma a Irène Némirovsky entre los autores europeos más destacados del siglo xx.
Todo ocurre en una tranquila villa de provincias francesa, a principios de los años treinta. Silvio, el narrador, ha dilapidado su fortuna recorriendo mundo. A los sesenta años, sin mujer ni hijos, sólo le queda esperar la muerte mientras se dedica a observar la comedia humana en este rincón de Francia donde, aparentemente, nunca sucede nada. Un día, sin embargo, una muerte trágica quiebra la placidez de esa sociedad cerrada y hierática. A partir de allí, emergen uno tras otro los secretos del pasado, hechos ocultados cuidadosamente que demuestran cómo la pasión juvenil, ese ardor de la sangre, puede trastornar el curso de la vida. Como en el juego de las cajas chinas, las confesiones se suceden hasta llegar a una última y perturbadora revelación.
Con un tono intenso y sosegado, Némirovsky utiliza el espejo sereno y frío de la edad madura para reflejar el impulso fogoso y los excesos de la juventud, en agudo contraste con el sofocante ambiente provinciano de sobreentendidos, sospechas y silencios que la autora describe con esa particular mezcla de lucidez y compasión que caracteriza su obra.