Paula Spencer

by Roddy Doyle | Literature & Fiction |
ISBN: 0143112732 Global Overview for this book
Registered by veleta of Willesden, Greater London United Kingdom on 8/28/2017
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Journal Entry 1 by veleta from Willesden, Greater London United Kingdom on Monday, August 28, 2017
Paula es una mujer cuarentona, viuda, con varios hijos, dos de ellos todavía viven con ella. Es limpiadora por horas, y la acaban de "ascender" a supervisora, pero se sigue sintiendo extraña, ya que en el trabajo está rodeada por un rumano holgazán y el resto, todas son africanas emigrantes. Es divertido cuando le toca ir a limpiar en el concierto de los White Stripes, pero es aún más divertida la conversación que tiene con sus dos hermanas. Delirante.


Adorable novela. Se lee completamente independiente, ni siquiera es una secuela. Yo ni me acordaba de que la prota, Paula Spencer, es la misma mujer que sufría malos tratos en La mujer que se golpeaba con las puertas. No le doy un diez porque el paso del tiempo no está bien marcado. Pensé que habría pasado un mes, y resulta que ya era casi un año.

Es divertida y te rompe el corazón. Paula es una maravillosa protagonista por lo real. Una mujer que intenta sobrevivir en un mundo que no es capaz de olvidar que era una borracha. Poco a poco, va tirando.

Para participar en el concurso de poner un final.

******
En Ourense.

******

Paula se va cansadita a casa. Y vaya, es que la gente deja todo tirado por todas partes, ¿qué es eso que hay ahí?

¡Anda, si es un libro!

Y encima, el libro pone Paula Spencer. O sea, que la autora se llama como ella, Paula.

Pues que se fastidie quién sea. Paula se lleva el libro a casa. Ahora es suyo, y lo esconde en el bolso, por si acaso. No sea que alguien la acuse de ladrona y acabe en la cárcel. Pero lo quiere: después de todo, entre Paulas se queda la cosa.

Ella llega cansada a casa. Son muchas horas limpiando en ese edificio de oficinas. El hijo mayor le ha dejado la cena preparada y todo. Al microondas y listo. Mientras cena, se pone la tele, como de costumbre. Pero al acabar le puede la curiosidad, y se va a buscar el libro entre el revoltijo del bolso.

Ella tiene que trabajar, no tiene tiempo para lecturas ni fantasías, pero ya que se lo ha llevado... y que la tía que lo escribió se llama también Paula...

Anda, pues resulta que no es la autora. El autor es alguien de nombre muy raro. Su tocaya es la prota del libro. Solo que esta Paula se apellida Spencer, no como ella, que se apellida Garrido González. La Paula española se ha dado cuenta de su equivocación nada más leer la primera página. Y del agotamiento, se queda frita. En algún momento de la noche, un ruido que viene de la calle la medio despierta y se mete en cama, Vuelve a quedarse frita. Al día siguiente, a trabajar.

Poco a poco va leyendo el libro.

Y menuda vida tiene la Paula esa del libro. Si hasta trabajan de lo mismo, limpiando. Y la Paula del libro también está hasta el gorro. Y la Paula del libro tampoco tiene coche propio, tiene que ir a todas partes en autobús, lo que es una molestia.

Hay cosas en que no se parecen: la Paula del libro es una alcohólilca que intenta dejar la bebida, y ella lo consigue, aunque todo el mundo es un coñazo con ella y nadie la apoya demasiado. Sobre todo esa Leanne, una de las hijas de Paula Spencer, que ella, la Paula que se apellida Garrido González, bien que le arrearía un sopapo, por niñata. Le indigna el asunto. La Paula del libro hace lo que puede.

Y poco a poco lo sigue leyendo.

Un par de páginas cada día al ir y volver de limpiar. En un bus que se eterniza pero en el que dificilmente puede pillar asiento.

La Paula que se apellida Garrido González llora. Y se ríe. Y lo siente. Por la Paula que se apellida Espenzer.

Y al final ha leído una nota de letra bastante rocambolesca, diciendo que deje en libro en algún sitio. ¿A quién se lo va a dejar ella, que ella no sabe de qué va este rollo? Como dice que también se le puede dar a alguien, se lo da al hijo. Le recomienda que lo lea. Él protesta. Ya bastante rollos patateros tiene que leer en historia de literatura, con esa profe que es un muermo y un tostón para que ahora venga su propia madre a ponerle más deberes. Pero le promete hacerlo a la vieja para que no se desilusiones.

Y también le ha dicho que mire eso que pone ahí de escribir la opinión. Ella no lo entiende mucho, que ella, la Paula que se apellida Garrido González, no sabe mucho de ordenadores y la informática la deja turulata y le da dolor de cabeza.

Eso ya se lo explicará el niño otro día cuando acabe de leer el libro.

El chaval se escoge de hombros.

- Menuda letra. Se ve que es alguien de la época de los dinosaurios que no sabe que existen ordenadores pa escribir y impresoras pa imprimir.

A lo mejor él se pone a leerlo en el verano, en algún rato aburrido en que se le haya descargado la máquina de matar marcianitos.

(Continuará a lo mejor)

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