Si a los tres años no he vuelto
Registered by doli of Vinaròs, Castelló/Castellón Spain on 4/18/2017
This Book is Currently in the Wild!
2 journalers for this copy...
Hace ya un tiempo, la periodista Ana R. Cañil empezó a seguirle la pista a una terrible historia: la de las prisioneras de la posguerra cuyos hijos les fueron arrebatados por sus carceleros para internarlos en seminarios y conventos o darlos en adopción. Un práctica cruel que encontraba su ¿justificación? en teorías pseudocientíficas, propias de los regímenes totalitarios y defendidas sin fisuras por médicos, religiosos y legisladores de renombre de la época. Aquí había materia para un magnífico ensayo. Pero la autora no pudo evitar un acercamiento emocional, como el que ya emprendió en La mujer del maquis,aunque, en este caso, con mucha más ambición narrativa. El resultado de su esfuerzo es una novela imposible de soltar, no sólo por el hecho terrible que denuncia, sino por la manera en que ese hecho se encarna en dos antagonistas inolvidables: Jimena Bartolomé, la joven esposa de un comunista, y María Topete, la directora de la cárcel de mujeres de Ventas.
Otro polizón que se va de viaje.
Recibido por el día del libro, muchas gracias, Doli!!
Muy duro, pero disfrutado...
Qué frialdad y crueldad la de María Topete, por mucho que la autora intenta entender las razones en su pasado (tanto fracaso amoroso como su breve paso como presa política durante la república), nada justifica ese comportamiento casi inhumano con las presas... sólo se dulcifica, poco, cuando trata con los niños de esas prisioneras, y no con todos.
Jimena no es un personaje real, sino la suma de muchas que han vivido lo mismo o parecido, encarceladas por sus ideas políticas o por venganzas personales. Junto a sus compañeras, Trini, Petra... se harán fuertes.
A pesar de lo duro, me ha llamado la atención el personaje de María Topete, seguiré investigando el tema.
Lo he liberado en el trayecto de vuelta a casa.
Qué frialdad y crueldad la de María Topete, por mucho que la autora intenta entender las razones en su pasado (tanto fracaso amoroso como su breve paso como presa política durante la república), nada justifica ese comportamiento casi inhumano con las presas... sólo se dulcifica, poco, cuando trata con los niños de esas prisioneras, y no con todos.
Jimena no es un personaje real, sino la suma de muchas que han vivido lo mismo o parecido, encarceladas por sus ideas políticas o por venganzas personales. Junto a sus compañeras, Trini, Petra... se harán fuertes.
A pesar de lo duro, me ha llamado la atención el personaje de María Topete, seguiré investigando el tema.
Lo he liberado en el trayecto de vuelta a casa.
Se ha quedado en el banco del andén en la estación de Casa de Campo
Buena lectura
Buena lectura