Relato incluido en Las doce moradas del viento, y Premio Hugo al mejor relato corto 1974.

"Cuento breve en el que, tras el elemento fantástico, se desprende una reflexión moral y antropológica. Cuento un tanto atípico, fundamentalmente descriptivo y carente de acción. Una ciudad de apariencia ideal, en la que reinan la armonía, la belleza y la felicidad. Omelas abre sus puertas al Festival del Verano con música, danza y desfiles alegres. Sus habitantes no son simples pero sí felices, carecen de reglas y leyes, de monarquía y de esclavitud: no son dulces pastores, pero tampoco bárbaros. Todo apunta, en la propia apreciación del narrador, a que nos encontramos en un país de cuento de hadas. Pero..."

Muy bueno

Sin embargo Omelas guarda un secreto, algo que nadie considera delito…, pero que rompe la armonía y la prosperidad de la ciudad.