Me gudstan las novelas de Simenon que no son de Maigret. Aunque la narración mínima y los diálogos extensos son marca de autor y se mantienen, la historia tiene su propia profundidad psicológica. En contra de este libro está su horrorosa portada: parace un leñador canadiense beodo.

Bob es un hombre ruiseño que de repente se pone a aprender a pescar. Un día, aparece muerto, ahogado. No hay ninguna posibilidad de que haya sido asesinado, o un accidente: claramente hay que aceptar que se ha suicidado. Él, que solía ser la alegría de todas las fiestas, debía tener alguna pena secreta.

El narrador era el mejor amigo de Bob, un hombre también casado llamado Charles. Médico de clase media, no da aceptado lo qué ha pasado. Igual que la viuda que deja, no se explican el suceso. La familia de él, una hermana con la que apenas no tenía relación, y un hombre muy viejo que deducen que debía ser su enfadado padre, se mantienen en segundo plano en el funeral, y parecen intentar mantener el mínimo contacto posible con la viuda. Ella parece culparse por alguna razón inconcreta. Y este es el misterio de esta novela - el intentar intuir el porqué, las razones del ruiseño Bob, para suicidarse.