Su cuerpo era su gozo
2 journalers for this copy...
Esta novela da voz a las que no tuvieron voz, da voz a su sufrimiento, al sufrimiento de las mujeres que, en esa época no tan lejana, se atrevieron a apartarse de la norma, pagando por ello un altísimo precio.
Sale en el día de hoy por correo camino a Mérida, para su lectura por Vedacris en esta liberación controlada, y que sé que me lo va a cuidar muy bien.
Buena lectura!!
Buena lectura!!
Ya está en mis manos. ¡Muchas gracias!
Hace unos años asistí a unas jornadas de visibilidad lésbica en las que Beatriz Gimeno era una de las ponentes.
Dijo algo que me llegó muy adentro y fue (no recuerdo sus palabras exactas, pero era algo así): “No consiento tener ninguna amiga que no sea visible”. La comprendí entonces y la comprendo aún mucho más después de leer este libro, no ser visible es traicionar a todas esas mujeres que pagaron -y siguen pagando- muy caro, incluso con su vida, ser lo que yo soy, amar a otra mujer, salirse de la norma…SER LESBIANA.
Es falso que esté todo hecho, es falso que no tengamos que luchar ya más por nuestra visibilidad, es falso que lo tengamos todo conseguido y es falso que podamos ni que DEBAMOS olvidar todo lo que, mujeres como nosotras, pasaron hace no mucho tiempo en esta “nuestra España” y que siguen pasando en países no tan lejanos de este “nuestro pequeño mundo”.
He llorado mucho con este libro. He llorado mucho con “los castigos” físicos, morales y sociales a los que fueron sometidas mis iguales, he llorado con su dolor, con su confusión, con su conformismo o inconformismo, con sus torturas interiores, con sus soledades obligadas…he llorado con sus lágrimas. Y sobre todo he llorado sintiéndome afortunada por vivir en un país y en una época en la que puedo pasear de la mano de mi MUJER por donde quiera, besarla donde quiera, llevar a nuestro hijo donde nos apetezca, publicar a voz en grito que la amo sin más miedo que el de un rechazo de gente sin “seso” que no me importa lo más mínimo, pero no con el miedo de una tortura, una cárcel, una soledad, una muerte…he llorado por todo lo que “ellas” tuvieron que pagar para que yo tenga hoy todo lo que tengo y he llorado porque me siento en deuda, y esa deuda me obliga a seguir luchando, me obliga a ser aún más visible si cabe.
NO PODEMOS OLVIDAR…NO DEBEMOS OLVIDAR
Dijo algo que me llegó muy adentro y fue (no recuerdo sus palabras exactas, pero era algo así): “No consiento tener ninguna amiga que no sea visible”. La comprendí entonces y la comprendo aún mucho más después de leer este libro, no ser visible es traicionar a todas esas mujeres que pagaron -y siguen pagando- muy caro, incluso con su vida, ser lo que yo soy, amar a otra mujer, salirse de la norma…SER LESBIANA.
Es falso que esté todo hecho, es falso que no tengamos que luchar ya más por nuestra visibilidad, es falso que lo tengamos todo conseguido y es falso que podamos ni que DEBAMOS olvidar todo lo que, mujeres como nosotras, pasaron hace no mucho tiempo en esta “nuestra España” y que siguen pasando en países no tan lejanos de este “nuestro pequeño mundo”.
He llorado mucho con este libro. He llorado mucho con “los castigos” físicos, morales y sociales a los que fueron sometidas mis iguales, he llorado con su dolor, con su confusión, con su conformismo o inconformismo, con sus torturas interiores, con sus soledades obligadas…he llorado con sus lágrimas. Y sobre todo he llorado sintiéndome afortunada por vivir en un país y en una época en la que puedo pasear de la mano de mi MUJER por donde quiera, besarla donde quiera, llevar a nuestro hijo donde nos apetezca, publicar a voz en grito que la amo sin más miedo que el de un rechazo de gente sin “seso” que no me importa lo más mínimo, pero no con el miedo de una tortura, una cárcel, una soledad, una muerte…he llorado por todo lo que “ellas” tuvieron que pagar para que yo tenga hoy todo lo que tengo y he llorado porque me siento en deuda, y esa deuda me obliga a seguir luchando, me obliga a ser aún más visible si cabe.
NO PODEMOS OLVIDAR…NO DEBEMOS OLVIDAR
Se lo devuelvo a CoriZamora.
Muchas gracias por el préstamo, me ha gustado muchísimo.
Muchas gracias por el préstamo, me ha gustado muchísimo.
Regresa a mi.
Me alegro que te haya gustado, y ¡que nunca viene mal limpiar los lagrimales!!
Me alegro que te haya gustado, y ¡que nunca viene mal limpiar los lagrimales!!