Adrian recibe una sorprendente herencia: 500 libras y una elefanta con problemas de alcoholismo. La búsqueda de un hogar adecuado para su nueva pupila le va a acarrear numerosas aventuras y quebraderos de cabeza, pero sobre todo ampliará sus aspiraciones vitales, muy lejos de su rutina.
Gerald Durrell siempre ha sabido mezclar con maestría la ironía y el sentimiento, con una lógica que aplasta implacable cualquier convención social.

En el meet-up de Noviembre 2012. ¡Buena caza!

Qué historias más estupendas crea este Durrell! cazado!

Sabía que este libro tenía algo muy potente dentro y por eso, no lo solté desde ese 2012...
Con uno de mis alumnos (12 años), en ese proceso de mediación lectora, ofrecí este título junto con otros dos. Fue el elegido. De los tres, ofrecí la información básica que podemos encontrar en una reseña, no más. Luego de saber que se había decantado por éste, me alegré.

Pero hoy, que lo hemos terminado, estoy doblemente alegre porque, a pesar de alguna dificultad en el camino como el vocabulario, me ha dicho que le ha gustado mucho y que le ponga un 10.
-¿Y eso Santi? no creí que te pareciera tan bueno.
- Tiene mucha acción; el personaje de Rosy se emborracha y es muy graciosa y es entretenido.

Le he contado cosas sobre el autor y hemos convenido en que el final es muy acertado.
Desde mi punto de vista, el autor introduce muchas notas humorísticas o delirantes que hacen esta historia deliciosa. Además de acabar queriendo tener un elefante yo también, se hace muy palpable el amor del autor por los animales y la historia está contada con un lenguaje enriquecido. ¿Puede alejar al niño/a de la lectura? depende del nivel lector, obvio. Pero si es una lectura compartida, no será traba para que el lector/a, avance fácilmente.

¡Vaya maravilla!