Kurosagi es el nombre elegido por un grupo de estudiantes de una universidad budista (sea lo que sea eso) para su negocio: dado que uno de sus integrantes puede hablar con los muertos y preguntarles dónde quieren reposar, su empresa se dedica a entregar cadáveres al destino que ellos mismos soliciten. Claro que esta habilidad viene muy bien a un comisario de policía, Tohru Sasayama (que aperece en otras obras de Eiji Otsuka) para resolver crímenes y misterios...

Aunque poco a poco se van viendo puntos en común en la historia de los compañeros, un propósito oculto en la colaboración de Sasayama y un poder tremendo y un drama tras la habilidad del médium, estos detalles que cohesionan la historia están tan salpicados a lo largo de la serie que es muy fácil leer cada tomo como si fuera independiente: se componen de historias de asesinatos, folcklore japonés e intrigas diversas con un componente macabro que puede repeler a algunos, pero para mi gusto añade atractivo. Además, el dibujo no es el que se suele asociar al manga, con ojos y tetas enormes y pelos de punta.

Lo libero porque, por error, lo compré repetido, y al haber perdido el ticket no puedo devolverlo.

El jueves entre las cinco y las seis de la tarde estaremos tomando algo en el Citröen, junto a la Plaza de España, así que luego daremos un paseíto por el parque y dejaremos unos cuantos libros.